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Alla donde moran los sueños

Mis fábulas...

Lo admito, mi cabeza no esta bien ultimamente. No puedo seguir con mis novelas asi que he escrito estas pequeñas fabulas estos dias para no perder el habito de la pluma. Espero que sean de vuestro agrado.


La liebre y el erizo


Desde la primera mirada la bella liebre se habia quedado prendada del esquivo erizo. Todos los dias corria frente a su madriguera con la esperanza de verlo. Pero el erizo apenas salia, temeroso de que con sus muchas espinas hiriera por accidente a los demas, por ello solo salia de noche y evitaba a los demas animales del bosque.
La liebre enamorada se plantó una noche frente a la entrada de la madriguera con una gran zanahoria de su mejor cosecha.


-Señor erizo, le he traido esta zanahoria para usted, ¿por que no sale y la coge?.


Dijo hacia la madriguera, donde contesto la timida voz del erizo.


-Gracias señora liebre, pero si salgo puedo lastimarla con mis espinas.


-No lo creo, no pasara si sale despacio.


El erizo lentamente salio de la madriguera y acepto la zanahoria, intercarbiando algunas palabras con la liebre. Poco a poco, dia tras dia, erizo y liebre se tomaron confianza, incluso el erizo empezo a amar a la liebre, pues a ella no le intiminidaba sus espinas y lo trataba con dulzura.


Pero un día mientras paseaban la liebre tropezo con una raiz y cayo sobre el erizo clavandose una espina. El erizo aterrado salio corriendo. Tras pensarlo mucho se recorto todas las espinas para no volver a hacer daño a la liebre que tanto apreciaba. Esta cuando le vio le pregunto sorprendida:


-¿por que te has cortado tus bellas espinas señor erizo?-


-Por que no queria volver a hacerte daño- contesto el.


-Eres lo que eres, señor erizo, y de ti me enamoré, incluso de tus espinas, aunqué a veces me hagas daño con ellas se que nunca ha sido tu intencion herirme.


El erizo comprendio que no podia negarse a si mismo y nunca mas se recorto las espinas, que crecieron de nuevo bellas y afiladas. Con el pasar de los años liebre y erizo aprendieron juntos a superar estas espinas y nunca mas volvieron a hacerse daño.


El ratón y la flor


El frio llegaba marchitando las hojas y emnegreciendo el cielo. Bajo una retorcida raiz el raton lloraba desconzolado. El Buho, atraido por sus lloros bajo junto a el curioso.


-¿que sucede pequeño ratón? ¿por que lloras aqui solo?


-Por que llega el invierno señor buho. Y la flor que amo se marchitara sin remedio


-¿Y por ello lloras ratón?, ¿por saber que tu flor se marchitara?


-¿no es para estar triste?, ahora ni puedo mirar sus petalos sabiendo que se marchitaran ante mis ojos, no puedo acaricia su tallo sin pensar en que se convertira en polvo...-


-!Eres tonto ratón!-


Grito El buho tomando al pequeño roedor de la cola y alzandolo frente a el.


-!tu flor se marchitara igual que nos marchitaremos todos! Idiota de ti que malgastas tu tiempo llorando mientras tu amada flor queda sola en sus ultimos dias. Pero no temas, cumplire tu deseo, no veras marchita a tu flor, !te comeré aqui y ahora!-


Asi el Buho devoró al raton y volo lejos, satisfecho el apetito.


Las dos semillas


En el fondo del bosque, bajo la hojarasca dos semillas hermanas esperaban juntas la primavera para crecer y florecer.


-Pronto lloverá y romperemos este caparazón para subir hasta el cielo-


-Pero aquí estamos bien... ¿para qué arriesgarnos?, si rompemos nuestro caparazón cualquiera podría comernos, tendriamos que luchar por el aire y la tierra.. ¿y para qué?. Por muy alto que creescamos nos marchitaremos y nos secaremos algun dia !no señor! Como semilla soy muy feliz-


-Si quieres quedarte aquí, !te quedaras solo!, yo creceré hacia el cielo, creceré tanto que pueda dominar el bosque y mis ramas sean el hogar de cientos de pajaros y ardillas... y cuando me marchite habre florecido en decenas de primaveras...-


-!Te arrepentiras!, no podras volver a ser una semilla y te secaras con el tiempo!-


-No me importa, seguro que no me arrepentire; adios...-


La valiente semilla extendio sus raices y creció y creció. La otra semillar continuó obstinada año tras año sin germinar, finalmente al ver a su antiguo hermano convertido en el mas bello roble la envidia lo vencio y decidió germinar... pero ya habia perdido esta capacidad y seria para siempre una semilla con el recuerdo de lo que pudo ser...


La ardilla y el Jabalí


En el bosque todos conocian la rivalidad entre la vivaracha ardilla y el huraño Jabali que vivia apartado del bosque. Raro era el dia en que los dos no protagonizaban peleas y persecuciones por todo el bosque, tanto que se habia convertido en una constumbre para todos. Pero con mayo llegaron las lluvias y por el suelo corrio el agua llenando de arcoiris las copas de los arboles.


Pasadas las aguas los indiscretos pajaritos llevaron una noticia por todo el boque, el jabalí habia caido enfermo en su cueva, pero conocedores de su mal genio y temperamento ningun animal parecia atreverse a acerse a el.


Pero esa misma tarde un colibri vio a la ardilla arrastrar con esfuerzo una docena de bellotas hacia la entrada de la cueva.


-No lo entiendo pequeña ardilla- dijo el colibrí- ¿no eras tu a quien mas le desagradaba al jabalí?, ¿por que le ayudas ahora?... cuando se recuperé volvera a perseguirte...- razonó el colibri-


- ¿y que sería del bosque sin el?- contesto la ardilla- Puede ser grosero y malhumorado, pero me he acostumbrado a el, forma parte del bosque... ademas... !que aburrido seria si no estuviera!-


La ardilla llevo las bellotas y las dejo alli para que el jabali puediese recogerlas. Dia tras dia repitio el camino con las bellotas, acompañado ahora por muchos otros animales que habian decidido imitar su gesto. Hasta que el jabali recuperado salio a perseguir a la ardilla una vez mas, el bosque volvio a llenarse de sus conocidos ruidos y para extrañesa de sus habitantes todos durmieron mejor esa noche.

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